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AGOSTO 2009 : SOR GUADALUPE MOCTEZUMA

15/8/09

MI EXPERIENCIA DE VIDA TEATINA





Sor Guadalupe Moctezuma
Religiosa Teatina de la Provincia Americana
Nuestra Señora de Guadalupe

Para iniciar con el desarrollo de mi experiencia quiero expresar que me siento muy feliz de poder compartir mi experiencia de vida Teatina, de sentirme llamada a servir al Señor solo por amor en la Congregación de Religiosas Teatinas de la Inmaculada Concepción.

El Señor me hizo una invitación, llegó a mí, tocó las puertas de mi corazón y me dejó inquieta por un tiempo, recuerdo que cuando sentí que El quería algo de mí hice un alto en mi vida y reflexioné en cuál sería el siguiente paso.

Gracias Dios me fui desenvolviendo en un ambiente familiar, muy cristiana, mis padres fueron los primeros educadores en mi vida, me enseñaron todo lo que soy, con sus ejemplos y lo principal dándome todo su amor su tiempo y dedicación, en mi familia aprendí a querer, a compartir, a respetar y valorar más mi familia.

Desde el seno familiar escuché que el Señor tenía algo grandioso para mí, me llamó y yo simplemente respondí y esa respuesta se sigue sosteniendo gracias a El. En realidad me sentí apoyada y animada por mis padres y hermanos a dar el primer paso que fue el desprenderme de ellos.

Recuerdo que Sor Cristina Vargas y Sor Guadalupe Corona fueron a nuestro pueblo localizado en el estado de Guerrero fueron precisamente a traernos ya que éramos un grupo de jóvenes que teníamos deseos de conocer más la vida religiosa de las cuales no todas perseveraron.

Como todo tiene un principio iniciamos nuestras etapas de formación en la casa de formación de México colonia Lindavista, éramos 12 aspirantes nuestra acompañante era Sor Rosario Gutiérrez fueron momentos muy bonitos que fui experimentando, fueron momentos de descubrir y aprender más de la vida en comunidad, momentos donde me sentía como un niño cuando empieza a dar sus primeros pasos, donde aprendí a caerme y a levantarme con la ayuda de mi acompañante, poco apoco fue disminuyendo el número de aspirantes pero yo seguía deseosa de conocer más y de seguir al Señor con el mismo deseo pase a la etapa del postulantado donde seguí experimentando momentos agradables y no tan agradables, desde ahí me di cuenta de que mi vocación era un misterio que yo no entendía, con el tiempo pasaban preguntas por mi mente que yo sola no encontraba respuesta a ellas. En la etapa del noviciado que fueron dos años que considero que fue un tiempo de profundizar más en lo que deseaba, vivir al estilo de Jesús y en la respuesta que yo quería darle al Señor fueron momentos bonitos que he valorado hasta el día de hoy. En ésta etapa mi maestra fue Sor María F. Ruiz Moya quien también con mucho cariño nos ayudó a ir descubriendo el camino del Señor juntas pasamos momentos agradables y como siempre he pensado que nuestra vida en comunidad es como toda una familia donde hay malos momentos pero también hay momentos agradables, que si yo me pusiera contar cada situación son mas momentos agradables que desagradables. He valorado mucho el testimonio y la entrega de las hermas que han colaborado más de cerca en mi proceso de formación que con mucho cariño han ido colaborando y apoyándome en mi caminar, he valorado sus esfuerzos y dedicación en mi formación.

Pienso que mi deseo por seguir al Señor se ha ido acrecentando y mi respuesta se ha ido consolidando más en Él. Con gran alegría y entusiasmo he dado otro paso y me he sentido con una gran responsabilidad de servirle y amarle a través del apostolado que me ha tocado experimentar en ésta etapa del juniorado, tiempo que viví en la casa del juniorado en Celaya Gto. México, donde permanecí 6 años viviendo más de cerca con el trabajo que se realizaba en esta casa residencial con las jóvenes que vivían con nosotras, y con niños del colegio de las hermanas Pasionistas que nos daban la oportunidad de colaborar con ellas en la enseñanza de los niños en su vida espiritual.





Posteriormente se abrió la estancia infantil en la misma casa y donde tuve la oportunidad de compartir con los niños momentos agradables que no se olvidan. Con el tiempo me fui enamorando de nuestros apostolados y de cómo podemos trabajar por la extensión del reino de Dios solo por amor, sin olvidar mi formación continua.

Actualmente me encuentro en la casa de formación en México Lindavista aprovechando y reflexionando acerca de mi respuesta definitiva al Señor que vale la pena seguirle y seguir apostando por una vida más auténtica en sus raíces y en su expresión. (Cap. General)

En estos momentos somos tres hermanas que tenemos la ilusión de entregarnos definitivamente al Señor, viviendo en comunidad que es la raíz de una vida feliz, pienso que vivir y crecer en comunidad de vida y amor, entre quienes sin vínculo de sangre decidimos caminar juntas buscando el mismo horizonte, vale la pena apostar por el Señor.

Para ir concluyendo hasta éste momento me siento muy contenta de pertenecer a la familia teatina de lo cual agradezco a Dios de haberme llamada a formar parte de esta gran familia.
Mil gracias por haberme dado la oportunidad de poder compartir mi vida teatina.

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